Nunca pude
despedirme,
las sabanas no se
despiden de los amantes,
solo guardan sus
recuerdos por un tiempo.
Se enredan con
sus pasiones y placeres,
pero no se
despiden.
Los tiempos pasan
y así van pasando los momentos
irrecuperables,
infinitamente pensados y vividos.
Pero como las
sabanas,
podemos guardar los recuerdos por un tiempo.
Al final todo se
va.
Nuestros
recuerdos se lavan,
Y solo queda
aquello pulcro y blanqueado,
Lo demás se fue…
Nuestra memoria
solo deja aquello que queremos.
Nunca me despedí,
tal vez nunca vuelva a despedirme
Las historias se
escapan, se van y se pierde en el tiempo
Ese mismo tiempo
que nos colma, nos limita.
Pero si el tiempo
no existe,
entonces, que...?
Adiós, solo es una
palabra más…,
tratando de
transmitir un sentimiento.
Doy un paso
detrás de otro y me alejo....
Ya no hay sabanas
ni amantes.
Y casi no quedan
recuerdos