El invierno me llego, frío, solitario, irreverente.
No me di cuenta, me tomo y no me dio tiempo a reaccionar.
El invierno congelo mi alma y mis deseos, y me dejo en medio de mis propios sentimientos, congelado.
El invierno se queda aquí, a mi lado…
La calidez se va, sigue su rumbo, entibiando otras almas, otros cuerpos, otras ciudades.
El invierno me tomo, pero no hoy ni ayer, hace eones, eternidades.
Nuevamente veo la calidez pasar,
solo eso,
la saludo,
la observo,
la envidio y la deseo.
Sigo sentado aquí, en el frío invierno,
observando el blanco entorno junto con mi pálido rostro.
Alguna vez yo
jueves, 23 de julio de 2009
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