Lo Cotidiano

Estaba allí, de espaldas al piso y con las venas ardiendo, como si un incendio recorriera mi cuerpo, sin fuerzas, desintegrándome…
Intentaba cerrar mis parpados por que la luz era insoportable, pero mis ojos no estaban abiertos…
Mi boca no hablaba y mis músculos había dejado de formar parte de mi, rebeldes, irreverentes, no hacían caso de mis súplicas…
Alrededor mío el mundo vibraba, estaba vivo, mostrandose, desde lo mas diminuto hasta el “macrómico entorno”, como salvaje, imparable, expansivo…
Mi boca se abrió estrepitosamente y engulló toneladas de aire en un solo segundo.
Mi cuerpo salto de su estático estado sin tener aún dominio de mi mismo.
Mi estomago se retorció desde la profundidad y mis brazos me rodearon en ese inmenso abrazo que nos da la soledad.
Mis ojos volvieron a ver, mis oídos tomaron conciencia del mundo que sonaba; pero yo no estaba seguro si todo eso era lo que realmente quería.
Nuevamente me encontraba allí, conmigo, formando parte del circo de la vida, un nuevo día, una nueva ilusión
Tome mi ducha matinal, unos mates, mire el reloj y volvi a formar parte de esta pequeña porción del universo.
Sali a recorrer mi camino...otra vez!!!